Detalle de la cabeza de S.s gallaica. Abel Bermejo |
Macho de S.s gallaica en Santa Cruz de Cuerragos. Abel Bermejo |
Origen: El género Salamandra aparece en el Paleoceno, a pesar de existir un vacío temporal entre este periodo y el Eoceno superior, ya que no se hallan fósiles de esta especie. Es a partir del Oligoceno inferior cuando se encuentra abundante material de este género. El ancestro común fósil era Salamandra sansamensis, se encontraba en las islas que más tarde formarían Europa, el aislamiento entre las poblaciones daría lugar a las especies actuales. La Salamandra salamandra (especie ibérica) se separó hace 13-5 m.a del resto del grupo, S. algira, S. infraimmaculata, S. corsica, S. atra y S. lanzai.
Identificación: Tiene una coloración negra con manchas o bandas amarillas (aunque no existen bandas en nuestras subespecies). No poseen cresta. La cola es corta, con igual o menor longitud que el resto de cabeza-cuerpo. Tiene la piel lisa con tubérculos en los costados.
Tamaño: Su longitud total es de 220 mm en las hembras y 190 mm en los machos.
Descripción: La cabeza es ancha y levemente deprimida, el hocico corto y terminado en punta. Tiene parotídeas visibles, de forma arriñonada. La cola es subcilíndrica, las extremidades cortas, con cuatro dedos en las anteriores y cinco en las posteriores. Las dos subespecies existentes en Zamora tienen rasgos particulares: La Salamandra s. bejarae presenta manchas amarillas sobre un fondo negro, con estigmas rojizos; la Salamandra s. gallaica también tiene manchas amarillas sobre fondo negro, pero con una original forma de lagrimas irregulares, puede presentar o no manchas rojizas, y el morro es más puntiagudo. Esta última subespecie se asienta en la parte Oeste de Zamora (frontera con Portugal y Galicia), y la primera aparece en la franja Este de la provincia, acantonada en navas empapadas, fuentes y manantiales con abundante vegetación, y ha sufrido una notable disminución en los últimos años.
Reproducción: La cópula se realiza fuera del agua, los machos durante el cortejo se suben encima de la hembra. Mediante amplexus axilar, después de una serie de contorsiones, el macho deposita el espermatóforo a la vez que desliza la hembra hacia él, de manera que ésta lo recoge con sus labios cloacales. Los embriones se desarrollan en el interior de la hembra, que los depositará en el agua ya en estado de larvas. La metamorfosis dura de 60-90 días, aproximándose a uno u otro extremo según sea mayor o menor la temperatura de la zona o el año. Los metamórficos miden de 50-70 mm cuando emergen, dependiendo de la cantidad de alimento de la charca donde crecieron.
Hábitat: Habitan preferentemente en bosques de castaños, robles, alcornoques..., en sotos y navas de exuberante vegetación, turberas, prados, pastizales y lagunas de montaña, pero también en las campiñas bajas donde existen aisladas parcelas de umbrías y humedales, especialmente sobre paredes de piedra cubiertas de yedra o plantas hidrofitas, cerca de las fuentes. Necesita una pluviometría superior a los 600 mm anuales, o espacios especialmente húmedos, como bordes de manantiales. Prefiere suelos sueltos y poco compactos con abundante hojarasca, restos vegetales y musgos. Asciende hasta los 2.000 msnm (en Sanabria).
Alimentación: Se nutre de coleópteros, Miriápodos, Arácnidos, larvas de insectos, caracoles, babosas y Anélidos. En la fase larvaria incluyen en su dieta larvas de otros anfibios, como el tritón palmeado o alpino, o incluso a congéneres de su propia especie.
Depredadores: Sus enemigos naturales son la víbora (Vipera seonaei) y culebra de agua (Natrix maura), pero la introducción de peces alóctonos (Salmónidos) en las zonas de reproducción afectan gravemente a la supervivencia de las larvas. También las atacan el erizo común (Erinaceus europaeus), la nutria (Lutra lutra), el tejón (Meles meles ) y el jabalí (Sus scrofa).
Observaciones: Es una especie exclusivamente nocturna, y solamente está activa en días lluviosos o húmedos, con una temperatura entre 0,6-16 grados, y con una humedad a partir de 90%. Existen nueve subespecies de salamandras en la Península Ibérica: S. s. gallaica, S. s. bernardezi, S. s. fastuosa, S. s. europaea, S. s. bejarae, S. s. almanzoris, S. s. morenica, S. s. crespoi y S. s. Longirostris (García-París et al 2003). En el norte (Costa Cantábrica) las hembras de algunas de estas subespecies retienen las larvas en el útero (viviparismo) mucho más tiempo, y como consecuencia paren salamandras ya metamorfoseadas, sin necesidad de agua (no se da ese caso en nuestra provincia). A veces presentan coloraciones atípicas en algunas poblaciones. Son muy longevas, pueden vivir hasta 50 años en cautividad.
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